Reseña historica

Hace 67 años, en 1952, nuestro cura párroco Reverendo padre Augusto Laboren, como todo buen sacerdote, no solamente se ocupaba de su iglesia y de dar la bendición a sus feligreses, sino que, su inquietud lo lleva más allá y empieza a maquinar y piensa que hace falta otro Colegio, para descongestionar el único que había para esa época el Grupo Escolar Elías Calixto Pompa, y que sirviera a la vez a la enseñanza Religiosa Cristiana que tanto hoy en día nos hace falta.  El padre Augusto Laboren para cristalizar su idea consulta con una serie de familias de la población guatireña, sin distinción social, para dar a conocer su plan de traer unas monjas para la fundación de un Colegio, encuentra por su puesto quienes lo apoyan y otros que lo adversan, pero la balanza le es favorable y sin desmayar trae a las Madres del Divino Maestro.


Las bases están echadas, pero ahora se le presenta el dilema de cómo van a empezar a funcionar; por el momento las alojan en la casa parroquial para luego alquilar una vieja casa que estaba al frente de la actual iglesia.  Así se funda el primer Colegio Religioso en Guatire el 4 de Septiembre de 1952, y que va a llevar el nombre de Santa María Goretti. Lleva este nombre por la devoción del Padre Laborem a la Santa a quien quiso encomendar la educación como modelo de pureza.

Laboren y sus monjas encabezadas por la Madre Soledad Rodríguez, Madre Pipó y Madre María López vienen hacer las primeras fundadoras, luego le siguen mas tarde Madre Elena de Jesús que más adelante va hacer su directora, igualmente Madre Rosario-Camila-Nieves-Francisca, Mercedes y otras que se me escapan de la memoria; empiezan a trabajar arduamente, no tiene ayuda de ninguna clase, las manos están vacías, pero con un gran corazón y con la fe siempre puesta en Dios para que las ilumine, el comienzo es duro, la población se mantiene a la expectativa pero hay que seguir adelante, piensan que hay que cobrar algo a los padres que puedan pagar y se fija la insignificante suma de Bs. 5,00 para poder subsistir, la gente comenta; “no te lo dije van a empezar a cobrar”, pero no desmayan a la crítica sino hay que seguir adelante, este es el primer paso; Cristo se monta su Cruz.  Luego viene la problemática de que no tienen pupitres, ni pizarrones y se exige que cada niña traiga una silla, otra reacción  en contra por parte de la población, Jesús empieza a caminar con su Cruz.  Sin descansar un momento y habiéndose inscrito en el Ministerio de Educación empieza así a funcionar el Colegio Santa Maria Goretti.

El Colegio comienza a funcionar fácil para los cuatro primeros grados y difícil para 5º, 6º y kinder por falta de alumnas:  haré notar que para el 6º grado se inscriben tres nada más las mencionaré porque es histórico saber: Alba Rodríguez, Ada Blanco y María Machado; el kinder, el otro extremo con cuatro alumnas: Cloromira Beltrán, Olga Díaz, Nancy Possamay y Gladis Useche.  Se le exige un uniforme, otro gasto que la población no está acostumbrada porque siempre se ha creído que el estado lo hace todo.  Empieza el primer día de clases y las niñas de distintas direcciones uniformadas llegan a su hora a clases pero en el trayecto, de su casa al Colegio los alumnos del otro plantel ya tradicional, empiezan a pitarlas, estas se ven cohibidas, acobardadas, pero eso afortunadamente dura poco, la población empieza a entender. El Colegio se enrumba, el panorama cambia, la semilla empieza a germinar, la población ve ya con buenos ojos la labor emprendida por estas sacrificadas madres que vienen del viejo mundo a compartir con nosotros.

Fue su primer director como era lógico y natural el Padre Augusto Laboren y en lo administrativo la Madre Soledad Rodríguez.  Se sigue trabajando incansablemente, para mejorar cada día más al Colegio y se logra como al año de fundada que el estado las ayude, y siendo Gobernador del estado Miranda Don Julio Santiago Azpúrua, éste les fija una asignación, se cambia de sitio y el Maria Goretti se muda para la casa de los Pinto-Pilo hoy Liceo Dr. Ramón Alfonso Blanco, aquí los seis grados tienen un buen cupo, el Colegio ha crecido vertiginosamente y me toca a mi ser su Director, porque así lo exigía el Ministerio de Educación, mientras que las Madres del Divino Maestro hacen su equivalencia.  Tengo que hacer notar que se me fija un sueldo de 500 Bs. Por el Estado que acepto pero lo reembolso al Colegio para colaborar con mi grano de arena, duró en mis funciones un año aproximadamente.  Luego llenados los requisitos de ley en 1954, le toca a la Reverenda Madre Maria Elena de Jesús, encargarse de la dirección y así el Colegio se enrumba definitivamente en lo Administrativo y  Directivo por parte de las Madres hasta el presente.

Vamos a recordar ciertos hechos que sobresalen en estos dos primeros años:  Todas las Madres están llenas de bondad y dedicadas llanamente a la enseñanza pero aquí sobresale la Madre Catalina de la Paz, porque es muy rígida y las hacían estudiar demasiado y las niñas con su buen humor de venezolanas le pusieron el sobrenombre de “Catalina de la guerra”.

Madre Francisca, es la Madre que cuida celosamente a las niñas, se asomaban por las rendijas de las ventanas y puertas a cazar a los muchachos cuando se acercaban al Colegio, salían y les decían circulen-circulen, cuando las niñas salían del Colegio y se iban a la plaza y se ponían hablar con los pavitos se dirigía hacia ellas y les decía vamos-vamos para su casa que ustedes están muy chiquitas para tener noviecitos.  Así hay una serie de anécdotas muy simpáticas que no voy a seguir enumerando.

El Colegio comienza a sobresalir y van a colaborar con él, que ya han echado sus raíces los Profesores Miguel Ángel González, Francisco Mújica y Rodríguez Guevara, a quien se les debe mucho por su contribución desinteresada.  De la casa de los Pinto-Pilo, se mudan previa compra de la sede de un club Social del cual era dueño Rafael Aparcedo, viene hacer el asiento definitivo del Colegio de Santa Maria Goretti.

Crean una banda de música teniendo como mascota a Soria Manzo y empiezan a desfilar cuando se van hacer las ofrendas florales al Padre de la Patria, cuando se conmemoran hechos históricos, desfilan en perfecto orden, bien uniformadas, también reacciona una vez más el pueblo y les dan una tremenda pita por parte los muchachos traviesos y también adultos que no están acostumbrados a ver eso, pero que más adelante toman como ejemplo los otros Colegios empezando hacer lo mismo y recordamos los famosos desfiles del día de la Patria ya obligatorio por el Gobierno dictatorial de Marcos Pérez Jiménez .


Otro hecho resaltante es que en el año 1957, las madres ven en ciertas niñas que tenían vocación para Monjas y hacen las diligencias necesarias para enviarlas a España para su preparación no siendo obligatorio porque en el curso de sus estudios podían pedir o cortar su hábito; así salen del María Goretti, Judith Daló, Irma Olivier, Claudia Castillo, Isabel Padrón, Miriam Possamay y Alba Rodríguez, hasta mi hija Nanacy llora porque yo no la dejo ir por conocer bien a mis hijos y ver que en ella era pura ilusión y no vocacional.  Al cabo de algunos años regresan hechas unas flamantes monjas o madres y empiezan a trabajar en su Colegio.  (De todas ellas la única que no corta su hábito es Judith Daló que desgraciadamente pierde la vida en un accidente de tránsito ocurrido a la salida de la población del Tigre hacia Barcelona en el estado Anzoátegui.  Para ella nuestro eterno recuerdo porque Dios lo quiso así).
También y para terminar quiero hacer resaltar que primero el Colegio funcionó como Primaria, luego Secundaria los tres primeros años, más tarde la Normal donde han salido numerosas maestras y últimamente un curso Secretarial.  De más está decir que muchas llegaron y se graduaron en las distintas Universidades del país y se seguirán graduando que es el fruto de tan inmensa labor.

A las madres de ayer, a las madres de hoy, a las madres que vendrán, nuestro eterno agradecimiento de todos los padres, representantes y habitantes de los valles de Guatire, Guarenas y Araira.  Pueden estar seguras, madres del Divino Maestro que está comprometido mi agradecimiento con ustedes por este reconocimiento que han tenido para conmigo.  Por el Dr. Gilberto Useche Mendoza.

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